preparada por la provincia Eudista Minuto de Dios,
Comunidad local Carlos E. Acosta-Bogotá
Yo quiero invitarlos a ustedes, en los días de preparación a la navidad, a una fe absoluta en Jesucristo. Llénense de alegría de saber que Él, el adorable, el infinito, el magnífico, el omnipotente, el bello Jesucristo vino al mundo. - Siervo de Dios Rafael García Herreros, sacerdote eudista
Hermanos, los saludamos en el amor y la alegría del Corazón de Jesús y María, desde la Provincia Minuto de Dios. Anhelamos que ustedes y sus familias se encuentren viviendo este tiempo de adviento con mucho fervor. En la familia Eudista recordamos con especial veneración a nuestro santo fundador, san Juan Eudes y al Siervo de Dios Rafael García-Herreros, en su espiritualidad de la encarnación. Los invitamos, desde este tesoro espiritual Eudista a que nos dispongamos enteramente, con humildad y sencillez a vivir este momento de oración.
“Yo quiero invitarlos a ustedes, en los días de preparación a la navidad, a una fe absoluta en Jesucristo. Llénense de alegría de saber que Él, el adorable, el infinito, el magnífico, el omnipotente, el bello Jesucristo vino al mundo.”
- Siervo de Dios Rafael García Herreros, sacerdote eudista
En esta tercera semana de adviento, contemplemos a Jesús en el tiempo de su residencia y de su vida durante los nueve meses de su permanencia en las entrañas sagradas de su madre María. Y también la vida del todo celestial de María en Jesús durante todo ese tiempo. Ella, del todo entregada a Él vivía, más en él que en ella misma. Tenía una sola alma, un espíritu, un corazón y una vida con él.
momento de silencio; si alguien quiere participar es bienvenido
A María, hija de Dios Padre
Le cantamos la canción.
A María hija de Dios Padre
Con marimba y con tambor
A María hija de Dios Padre
A María la madre del Señor,
A María, la esposa del Espíritu
Alabanzas, honor y bendición.
Nueva Eva, desde antes figurada,
Anunciada y proclamada
En la escala de Jacob.
De verdad, arca nueva de la alianza;
Sagrario inmaculado
Que lleva al redentor. (2)
A María, hija de Dios Padre
A María la madre del Señor,
A María, la esposa del Espíritu
Alabanzas, honor y bendición.
El Espíritu Santo Poderoso
Viniendo sobre Ti
Con su amor te fecundó.
Te llenó de sus dones y carismas
E hizo de su esclava
La gran Madre de Dios. (2)
A María, hija de Dios Padre
A María la madre del Señor,
A María, la esposa del Espíritu
Alabanzas, honor y bendición.
Eres Madre de Cristo y de la Iglesia
Modelo sin mancilla
Donde se mira a Dios.
Que nosotros, al soplo del Espíritu,
Seamos como ella,
Espejos del Señor (2)
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea llamada Nazaret, a una virgen deposada con un hombre llamado José, de la estirpe de David; la virgen se llamaba María. El ángel, entrando en su presencia dijo: “Alégrate, llena de gracia, El Señor está contigo”. Ella se turbó grandemente ante estas palabras y se preguntaba qué saludo era aquel. El ángel le dijo: “No temas, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás en tu vientre y darás a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús. Será grande, se llamará Hijo del Altísimo, El Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin”. Y María dijo al ángel: “¿Cómo será eso, pues no conozco varón?”.
El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y la fuerza del Altísimo te cubrirá con su sombra: por eso el Santo que va a nacer será llamado Hijo de Dios. También tu pariente Isabel ha concebido un hijo en su vejez, y ya está de seis meses la que llamaban estéril, porque para Dios nada hay imposible”. María contestó: “He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu Palabra”. Y el ángel se retiró.
Palabra del Señor.
El adviento nos recuerda la llegada de Cristo al mundo y al hombre. La primera fue cuando se hizo hombre en el seno de María, hace dos mil años. Fue la elección de este planeta para la presencia de Dios, personal, visible. Es realmente abrumador este hecho.
Un segundo adviento, que celebramos en esta época, es la llegada de Cristo a nuestra vida personal cuando nos entregamos a ÉL. Esta intimidad con Él, este rendimiento, esta sumisión, esta fe y esperanza en Él, este amor que nos vincula con Él se llama Adviento. Llegada de Jesucristo a nuestra vida, por medio del Espíritu Santo.
Un tercer adviento que conmemoramos en esta época es cuando Él llegará a nuestra vida a la hora de la muerte. Este es un acontecimiento precioso, lleno de alegría, lleno de seguridad. Debemos estar pensando continuamente en él; sin temor, sin terror, llenos de alegría y de seriedad. Insisto: debemos estar a la expectativa de la llegada de Jesús a nuestra vida, a la hora de nuestra muerte.
Y hay un cuarto adviento de Cristo: a su llegada, al fin del mundo. Al final de la historia. Cuando vendrá definitivamente a poner punto final al que hacer de los hombres.
El tiempo de Adviento, tan lleno de mensaje, debe tomar para nosotros un ritmo de seriedad, de adoración, y de reflexión.
San Juan Eudes delicado y tierno en el amor de María
Señor Jesús en este tiempo de Adviento te rogamos que nos concedas un corazón vigilante, lleno de esperanza y amor por tu venida. Inflama nuestros corazones Espíritu Santo para que llenos de valentía, permanezcamos alertas y volcados en amor hacia nuestro prójimo, esperando tu llegada.
Amén
- A las 4:00 p.m hora de San Diego, California
- 6:00 p.m hora de Honduras, México y Nicaragua
- 7:00 p.m hora de Colombia, Ecuador y Perú
- 8:00 p.m hora de República Dominicana y Venezuela
- 9:00 p.m hora de Brasil, Argentina y Paraguay