Por lo tanto, nosotros, como colaboradores de Dios, les rogamos a ustedes que no reciban su gracia en vano. Porque él dice: «En el momento oportuno te escuché; en el día de salvación te ayudé». Y este es el momento oportuno; este es el día de salvación. (2 Co 6, 1-2)

[..] Estamos en vísperas del Año Jubilar y, por la gracia de Dios, celebraremos dos Jubileos, el de la Iglesia universal para renovar la esperanza del mundo, y el de la Congregación para, con el mismo espíritu, renovar la alegría de ser Eudistas. Nos tomamos el tiempo de prepararnos con la Iglesia, que nos invitó a renovar nuestro deseo y nuestra práctica de la oración. Releímos los grandes textos de San Juan Eudes sobre la oración, fundamento de nuestra vida cristiana. En medio de nuestros proyectos y actividades, de tantas realidades apasionantes e interesantes, ¿cómo vamos a vivir el Jubileo?

El acontecimiento principal que nos llevó a decidirnos por un Año Jubilar fue el centenario de la canonización de nuestro Fundador, el 31 de mayo de 1925 en la Plaza de San Pedro de Roma, junto con el Cura de Ars, San Juan María Vianney. Elegimos una fecha para iniciar el Jubileo: la acción de gracias por los 100 años de presencia de la Congregación en Venezuela. En la solemnidad de la Inmaculada Concepción, el 8 de diciembre de 1925, el Padre Pierre Buffet inició una obra que resultó ser el comienzo de la actual provincia, donde muchos hermanos de Colombia, Canadá, Francia y Ecuador vinieron a traer su compromiso y su fe, y a poner sus talentos y carismas al servicio de todos. Damos gracias por todos los hermanos y asociados que han trabajado por el crecimiento del Reino en este país, donde un fuerte, alegre y fecundo impulso misionero se conjuga con una difícil situación política y social, reclamando una nueva fuerza de esperanza para el futuro. Bendecimos al Señor, Buen Pastor, por los grandes testigos que reconocemos en este país, el Siervo de Dios Monseñor Miguel Antonio Salas Salas, cuyo proceso de beatificación continúa, y el Hermano Evaristo Jerez, eudista reconocido por todos por su servicio a la formación de los jóvenes. Con nuestros hermanos y amigos de Venezuela, miramos con confianza al futuro, con los candidatos en formación y los pre-asociados. 

[..] En vísperas de este tiempo de renovación, preguntémonos simplemente: ¿tenemos sed de renovación en nuestra capacidad de esperanza? ¿Necesitamos este tiempo favorable? ¿Cuáles son nuestras expectativas para el Año Jubilar, nuestras aspiraciones comunitarias, nuestras esperanzas solidarias con nuestros contemporáneos?

P. Jean-Michel AMOURIAUX, c.j.m.
Superior General